«El olor a comida fermentada nos despertó del todo. Ya estábamos en China.»
Capítulo Primero: El dinero.
Decidimos emprender nuestro viaje de dos semanas por China tal como lo hacemos normalmente. Sin ayuda tecnológica, sin guía, sin datos. Únicamente partíamos con un itinerario decidido previamente, en el que íbamos a recorrer una parte de la China imperial y monumental. Nada más llegar a Shanghai en vuelo directo desde Barcelona, cogimos un segundo avión rumbo a Beijing o Pekín, como lo llamamos en España. Llegamos ya entrada la noche y con un taxi nos dirigimos a una pensión muy cerca de la Plaza de Tiananmen que habíamos reservado previamente. Al día siguiente, cansados y con los ojos aún semicerrados salimos al mundo exterior. Primera sensación: Calor, mucho calor. Después vino el bullicio de la gente andando, en coche o en moto que recorría la calle. El olor a comida fermentada, a sopa, a fruta madura nos despertó del todo. Ya estábamos en China. Ya habíamos llegado, o eso pensábamos…
Nuestra primera misión del día: Cambiar Euros a Yuanes. No nos quedaba ni un yuan de los 238 que nuestra amiga cocinera Marike, nos había prestado de su último viaje.
Entramos en el Bank of China, sonrientes, con nuestros pasaportes y un fajo de billete de 50 Euros en la mano. Ni hao! le decimos al vigilante de la puerta… Ni hao! nos responde para proseguir con una verborrea china de la que , obviamente, no entendimos nada. Sorry! We don’t speak any chinese. English? French? Spanish? Silencio absoluto. En eso, el director o encargado de la oficina se acerca a nosotros para entender qué es lo que necesitamos. Tampoco habla inglés. Ni una palabra. Le enseñamos los billetes de Euro pronunciando la palabra Yuan. Yuan! Yuan! Change. Euro to Yuan!
Silencio total en la oficina, miradas impotentes de todos los presentes hasta que, pasada una media hora, un cliente o empleado…se acerca con su móvil. Acababa de descargarse una app traductora del chino al inglés y viceversa. Se escucha una voz femenina, con un accento muy peculiar que pronuncia: ¿De dónde vienen ustedes? España, Spain respondemos… Xībānyá pronuncia la voz en chino. Ah!!!! Xibanya repiten todos a la vez. ¿Y qué quieren? Queremos cambiar Euros a Yuan. Queremos cambiar dinero.
1 Euro equivale a 7,3 Yuanes
El director coge nuestro dinero mirando los billetes con atención de uno en uno. Repite la operación dos veces más. Ya ha pasado una hora. Al cabo del tercer recuento se dirige decidido a su oficina y toma el auricular de su teléfono para hablar con alguien.
Nos sentamos en la zona VIP del banco, «literal», y esperamos durante una hora hasta que aparece un mozo cargado con una máquina y la deposita en el escritorio del director. Éste, desenchufa todas las otras máquinas para acabar de enchufar la nueva. 20 minutos más. Nos hace un gesto, nos acercamos, y coloca los billetes en la máquina. Rrrrrrrrrrrr. La máquina cuenta por dos veces el dinero para posteriormente soltar una especie de láser en ellos. A esas alturas ya estamos curados de espantos…y esperamos pacientemente hasta que comprueben que los billetes no son falsos. Resumiendo: 3 horas y media para cambiar 700 Euros. Más vale traer el dinero cambiado desde casa. Y por cierto: 1 Euro equivale a 7,3 Yuanes.
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